Profesionales de la medicina aseguran que la pobreza energética no solo crea desigualdad y precariedad, sino también problemas de salud
Mientras las compañías energéticas disparan sus beneficios más de un 40%, hay profesionales de la medicina que alertan de los problemas de salud que genera la pobreza energética. Defienden que el Estado debe asumir la energía como un derecho y garantizarla como servicio público.
Servicios energéticos esenciales
La pobreza energética es la incapacidad de un hogar de alcanzar un nivel social y materialmente necesario de servicios domésticos de la energía que dificulta que haya una participación efectiva en la sociedad.
Un hogar que padece pobreza energética no puede acceder a los servicios energéticos esenciales. Esto genera graves consecuencias para el bienestar de las personas que lo habitan, que pueden estar expuestas a malas condiciones de habitabilidad como la falta de confort térmico, además de disponer de menos renta para otros bienes y servicios, que les lleva a tener que tomar decisiones no deseables, como tener que decidir entre pagar la calefacción o la comida, y/o exponerse al riesgo de impago y desconexión por falta de recursos.
Más de 38 mil hogares en Canarias se han acogido al bono social, un desahogo económico que les ayuda a pagar la factura de la luz. El dato lo ofrece Endesa. Lo que no está cuantificado son las familias que necesitan de ese bono social, pero no lo tienen.